lunes, 14 de noviembre de 2011

La sabiduría de la tortuga: sin pausa pero sin prisa

Nos pasamos la vida intentando huir de la palabra " rutina " y de lo que esta conlleva. Si una pareja termina, pronto oiremos que les atrapó la rutina, que no supieron superarla o quizá que por ella dejaron de sorprenderse.
Si alguien entra en depresión, también achacaremos culpas a esa maldita palabra que tanto nos asusta. 

Tendemos a justificar lo malo de la vida con términos que de algún modo u otro nos permiten desvincularnos del problema y nos dejan verlo como algo externo o inevitable.

Sin embargo, me atrevo a decir que la rutina es extraordinaria. Resulta algo contradictorio utilizar las palabras " rutina" y "extraordinario" en la misma frase. Pero si lo pensamos bien....... la rutina es lo que realmente conocemos y donde mejor nos desenvolvemos. Además podemos sorprenderla con esos días en los que por mucho que el viento esté en tu contra, sigues empeñado en que todo es perfecto. Nada pega un gran cambio y poco a poco tus nuevos planes van adaptándose a tu ritmo. Todo fluye contigo, tú fluyes con todo...
Tienes la sensación de que la mayoría de los asuntos están bajo control. 

¿Quién no ha deseado nunca volver a la rutina cuando una situación de caos le atrapa, cuando necesitas la tranquilidad que has aprendido a lograr en tu día a día ajetreado?

Cuando has logrado instaurar esos 2 minutos en  tu vida en los que cierras los ojos, contienes la respiración, expulsas aire, te relajas. Y ya puedes seguir con tus quehaceres. Esos 2minutos que te dan el equilibrio.. 

La rutina es lo mismo que el café por la mañana. Algo necesario




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