Son muchas las veces en las que nos sentimos superados. Superados por el estado anímico, por la cantidad de quehaceres en un día, por los momentos en los que nos faltan horas.
Son muchas las veces que nos sentimos una máquina más de un mundo capitalista. Un mundo que sigue a pesar de verte asfixiándote con tus propias manos. Mundo cruel para muchos y para otros inhumano.
Resulta curioso, sin embargo, sentir como el derrumbamiento de la parte más profunda de ti dura tan solo unos minutos. De repente y sin poder explicartelo bien tu fuerza aumenta, como la espuma de la cerveza recién servida, llegando a un límite que ni tu mismo conocías.
Un día de sol tras sentir el frío y las mañanas nubladas, el abrazo sincero y acogedor de la persona que quieres, un recuerdo feliz o una simple canción consiguen llevarte a lo más alto y obligarte de forma involuntaria a dar lo mejor de ti mismo.
Lo llamamos "motivación". Motivación para sacar todo lo que tenemos dentro y que a veces se esconde.
"Venir problemas, que me haré más fuerte".
Los años no nos hacen más expertos, ni los aprobados más listos. El aprendizaje está en la adversidad y el sobresaliente en el caer y en el saber siempre, siempre y siempre que no importa, que es una más, porque al fin y al cabo, te conoces mejor que nadie y sabes con certeza que no tardarás en levantarte.
Nacer. Hacer. Renacer. Perdonar. Respirar la vida. Renacer de nuevo.
POYDEL espera día tras día tus textos
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